Letra y Música: Nacho Mañó
Eran sólo dos extraños
concediendose deseos
como dos enamorados.
Que vaciaron sus manos
de desengaños y miedos
y de afecto las llenaron.
Calmaron con fresas su hambre,
con vino su sed,
y el frio, con su calor.
Y el sueño venció.
La mañana volvió
y pensaron los dos:
"Que habrá tras tu mirada,
que tanto oculta y tanto da.
Vuelve a la cama a soñar,
que, amor que mucho piensa,
verás como comienza;
y entontes pronto acabará.
La flor de la mañana hoy
sembraste en mi ventana
fingiendo que fingías
que me amabas".
Y prometieron locuras,
y cumplieron las promesas,
y se derramó ternura.
Y confundieron sus cuerpos
en un solo abrazo largo;
como dos enamorados.
Calmaron con fresas su hambre,
con vino su sed,
y el frio, con su calor.
Y el sueño venció.
La mañana volvió
y pensaron los dos:
"Que habrá tras tu mirada,
que tanto oculta y tanto da.
Vuelve a la cama a soñar,
que, amor que mucho piensa,
verás como comienza;
y entontes pronto acabará.
La flor de la mañana hoy
sembraste en mi ventana
fingiendo que fingías
que me amabas".